DIDACTICA EN SITUACIONES INTERCULTURALES

30 de noviembre de 2010

EL DISCURSO TEORICO PRÁCTICO DE LA PEDAGOGIA.


La expresión discurso educativo tiene varios significados, sobre todo porque su análisis procede de diversas disciplinas que se interesan por aspectos diferentes y porque dentro de un mismo campo del saber tampoco hay acuerdo pleno entre los diversos autores. Más allá de estos significados Rebollo (2001, 33) indica con acierto que el estudio del papel del discurso en el proceso educativo implica una reflexión y un posicionamiento teórico sobre cómo se vela comunicación educativa y el aprendizaje. El discurso es una herramienta clave para la comprensión y la mejora de la calidad educativa y, por tanto, su estudio se convierte en objetivo urgente de la investigación psicopedagógica. La adopción de un enfoque humanista y transformador nos lleva a considerar el discurso como un fenómeno susceptible de acrecentamiento cualitativo. A partir del análisis del discurso educativo se han ofrecido tipologías del profesorado, del alumnado y de las instituciones escolares.
Una de las funciones del sistema educativo es propiciar la transmisión de conocimientos, porque de esta manera favorece al desarrollo y progreso del Estado, sin embargo no se ha tenido el impacto social que se esperaba. La educación no puede formar individuos competentes, ya que su organización curricular pertenece al Estado, este es quien se ha encargado en los últimos siglos de determinar sus contenidos, sustentados, en las distintas revoluciones teóricas, en cuanto a educación se refiere. Según, Basil Bernstein (1994), La educación es el puente que le brinda a este un ambiente propicio para mantener el control dentro de las relaciones sociales y culturales. La educación tiene su origen epistemológico en la sociología, pues uno de los objetivos es propiciar la construcción social, generar la transformación de la cultura a través de los principios de orden y desorden, estos principios son los que permite, a la educación crear su discurso pedagógico, y mantener su pertenencia dentro de un contexto.

Hablar actualmente del discurso pedagógico es hablar de un discurso definido con un significado institucional, sin embargo, dicho discurso está regulado por otros significantes.
Considero que el discurso se va construyendo no solamente por sus relaciones sociales, sino también por los medios de transmisión, que juegan un papel importante en el discurso pedagógico que realizamos y que se utiliza para la adquisición de conocimientos, donde la educación se impone a través de una violencia simbólica, esta empieza en una autoridad pedagógica que es la que le da legalidad a la escuela (desde aquí empieza la relación de control), y una comunicación pedagógica, que consiste en la forma como se transmiten los contenidos, hablamos pues de la actitud que asume en el aula el transmisor hacia el alumno.
El discurso pedagógico que el sistema educativo maneja, tiene un doble significado, unos son los fines y otro son los medios que se mueven en las prácticas pedagógicas a nivel local, dentro de las instituciones escolares, porque es aquí donde el docente favorece el desarrollo cognitivo de los individuos de un contexto determinado.

La Pedagogía desde un devenir histórico se ubica como un saber teórico-práctico, que pretendió en diversos momentos constituirse como ciencia desde diferentes paradigmas para validar un status en relación con las otras ciencias, quedando en la actualidad en un segundo plano las preocupaciones de su carácter científico.La Pedagogía remite a un campo del conocimiento práctico (praxis) cuyo objeto es la dimensión pedagógica (intencionalidad formativa) de las prácticas sociales.

Es el momento que el docente propicie la construcción de su propio discurso pedagógico, por lo que es necesaria la reflexión a partir de su hacer y asuma un papel verdadero, significativo y trascendental en el desarrollo cognitivo del individuo; se documente, actualice y enriquezca su acervo cultural y que a través de la comunicación no cambie sus fines, sino, sus medios, promoviendo un cambio de actitud, al favorecer la práctica de una tolerancia a los distintos dialectos y acentos, pues es aquí donde reflejamos la cultura aprendida.
Es el momento que el docente se enfrente a los esquemas propios a partir de su realidad social, retome otras ideas y construya las que más beneficien a su practica docente realizando una reflexión desde su actuar y sentir como individuo, distinguiendo entre él poder hacer y no poder hacer, pensando siempre en trasformar y cambiar el discurso pedagógico al servicio de una sociedad y no de la clase dominante. Sea creador de su propia metodología.
Tenemos que dejar de lado el discurso que el Estado nos está ofreciendo y que nosotros asumimos cómodamente sin cuestionarnos qué es lo que realmente deseamos dejar como sembradores de aprendizajes. Es necesario transformar estas actitudes, detectar nuestras propias necesidades construir una misma cultura para todos los individuos y dejar ser sujetos. A partir de aquí, es posible transformar el poder y el control en el que estamos inmersos, y ver a todos los individuos como dominantes, que pertenecemos a un solo contexto social, cultural e ideológico, y no como reproductores de culturas.





REBOLLO, Mª A. (2001): Discurso y educación, Sevilla, Mergablum.
B. BERNSTEIN. La estructura del discurso pedagógico. Clases Código y control
(Volumen IV), 1994.




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